lunes, 12 de abril de 2010
jueves, 8 de abril de 2010
miércoles, 7 de abril de 2010
La historia de Francia se remonta a los orígenes de la Galia, antiguo nombre con que se le designaba. Poblada por tribus celtas, desde el Mediterráneo, recibió aportes griegos (la comercial Massalia, hoy Marsella, fue fundada por los griegos). Recibió asimismo aportes romanos, inicialmente desde la Galia Cisalpina.
La Galia fue descrita por el conquistador romano Cayo Julio César, en un libro sobre aquella guerra donde relata sus triunfos sobre los galos y su adalid Vercingetórix, quien consiguió unificar a todas las tribus galas antes de la derrota final en el sitio de Alesia.
Tras la conquista romana, se produjo la paulatina asimilación del sustrato galo a la civilización clásica. Lugdunum (hoy Lyon), capital de la romana Galia Lugdunense, se convirtió además en un importante centro cristiano. Los francos incursionaron inicialmente en la Galia belga, y con ellos la monarquía francesa es comúnmente datada en el siglo V, con la dinastía merovingia que hubo de detener, en unión con otros pueblos, a los hunos.
A ésta le siguió la dinastía carolingia, llamada así en honor a Carlos Martel, quien contuvo el avance de los árabes (que conquistando Hispania incursionaron en la Galia Aquitanense), venciéndolos definitivamente en la batalla de Poitiers. Su nieto Carlomagno convirtió el reino en un gran imperio, el Imperio Carolingio, que desde las Galias, llegó a ocupar gran parte de Europa, generando en su gobierno un notable desarrollo y estímulo de la cultura conocido como el Renacimiento Carolingio.
Los nietos de Carlomagno se dividieron el imperio en tres partes (siglo IX). La parte occidental, Francia, la parte oriental, considerada el origen de lo que hoy es Alemania, y la parte central (la Lotaringia) que incluía lo que ahora es Italia, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Suiza y las zonas fronterizas entre Francia y Alemania.
Los descendientes de Carlomagno gobernaron Francia hasta el año 987, cuando Hugo Capeto, duque de la Isla de Francia y conde de París, fue coronado rey de Francia.
Francia es protagonista principal participando del feudalismo, de las guerras de las cruzadas, de las ferias, de las universidades, del renacimiento, de los descubrimientos geográficos. En el siglo XVI es lugar de enfrentamiento entre católicos y protestantes durante las guerras de religión de Francia. Una rama importante de esta nueva dinastía son los borbones, cuyo máximo representante es el absolutista Rey Sol, Luis XIV, quien con sus ministros (Richelieu y Mazarino, entre otros) consagró la hegemonía de Francia (en lo político, económico, social, cultural, lingüístico, militar) imponiéndose sobre Europa en el Siglo de Oro Francés.
En total la dinastía Capeta reinó sobre Francia hasta 1792, cuando la revolución francesa estableció una república en un período de constantes cambios radicales que comenzaron en 1789 (precedidos por La Ilustración cuyas ideas difundió La enciclopedia). Las potencias extranjeras se aliaron para intervenir en Francia procurando derrotar a la revolución en las llamadas Guerras Revolucionarias Francesas, pero sus ideales continuarían su expansión triunfante gracias a la contraofensiva de Napoleón en las Guerras Napoleónicas.
El siglo XIX estuvo marcado por cuatro importantes periodos. El gobierno de Napoleón I -genio estadista y militar que restauró territorialmente el Imperio que mil años antes Carlomagno formó- que con su Imperio Napoleónico extendió progresivamente los dominios territoriales de Francia hasta la frontera rusa, y que tuvo que enfrentar en guerras sin precedentes a Europa entera. La restauración monárquica entre 1815 y 1848, con las revoluciones de 1830 y 1848 que contagiaron a toda Europa. El Segundo Imperio de Luis Napoleón III, sobrino del anterior Bonaparte, con quien se acentuó el proceso de industrialización y colonización. Y el establecimiento de la Tercera República en las últimas décadas del siglo.
A pesar de su victoria final en las dos guerras mundiales, Francia sufrió extensos daños sobre su imperio colonial, su economía y su población, viendo afectado su rango de nación-estado dominante en la escena mundial.
Francia ha estado siempre en el centro de la construcción de la UE, de que ha sido parte fundamental desde los orígenes de ésta a mediados del siglo XX.
Desde 1958, ha construido una democracia presidencial -quinta república- que no ha sucumbido a las inestabilidades experimentadas en los primeros regímenes parlamentarios. Francia es por sus propios medios potencia nuclear y espacial.
En las décadas recientes, Francia ha fortalecido la relación de cooperación mutua con Alemania, lo que le ha garantizado la integración con la economía del resto de Europa.
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Gracias por tus comentarios. Informar sobre otra imagenInforma sobre la imagen ofensiva. CancelarHechoFruto de la Revolución Francesa, el himno nacional logró sobrevivir a los dos Imperios, la Restauración y la Ocupación antes de su oficialización definitiva por la República en 1946.
Claude-Joseph Rouget de Lisle, capitán de ingeniería en la guarnición de Estrasburgo, compuso este aire durante la noche del 24 al 25 de abril de 1792, a petición del alcalde de dicha ciudad, el barón de Dietrich. El canto, titulado Chant de guerre pour l'armée du Rhin (Canto de guerra para el ejército del Rin), se difundió en el país. Un general del ejército de Egipto, François Mireur, quien había acudido a Marsella con el fin de preparar la marcha conjunta de los voluntarios de Montpellier y de Marsella, lo presentó con el título de Chant de guerre aux armés aux frontières (Canto de guerra para los ejércitos de las fronteras). Las tropas marsellesas lo adoptaron entonces como cantar de marcha. Lo entonaron al entrar en París, el 30 de julio de 1792, y los parisinos lo bautizan como La Marseillaise.
Durante la Primera República, este himno formaba parte de los aires y cantos cívicos que contribuyeron al triunfo de la Revolución. Los dos Imperios, la Restauración y la II República prefirieron cantos de circunstancias. No fue sino hasta la III República cuando La Marsellesa recuperó su rango de himno nacional en todas aquellas ocasiones en las cuales las bandas militares han de tocar un aire oficial. El Estado francés lo conserva y el Gobierno de la Francia liberada le vuelve a atribuir un estatuto de primer orden al lado del himno de carácter oficioso, es decir Le Chant des Partisans (El Canto de los Partidarios). La Marsellesa será finalmente instituída como himno nacional en la Constitución de la IV y de la V República (artículo 2 de la Constitución del 4 de octubre de 1958). En 1974, Valéry Giscard d'Estaing, el entonces Presidente de la República, hace que se modifique de acuerdo con las partituras antiguas y que se vuelva a armonizar con un ritmo diferente. A partir de 1981, el himno será interpretado nuevamente de acuerdo con las partituras y el ritmo vigentes hasta 1974.
La Marseillaise |
1 Allons enfants de la Patrie, Le jour de gloire est arrivé !
Aux armes, citoyens ! Formez vos bataillons !
Que veut cette horde d'esclaves, De traîtres, de rois conjurés ? 3 Quoi ! ces cohortes étrangères Feraient la loi dans nos foyers !
Tremblez, tyrans et vous perfides, L'opprobre de tous les partis,
Français, en guerriers magnanimes, Portez ou retenez vos coups !
Amour sacré de la Patrie, Conduis, soutiens nos bras vengeurs !
Nous entrerons dans la carrière Quand nos aînés n'y seront plus; |